"El poeta se hace vidente mediante un largo, intenso y sistemático desarreglo de todos los sentidos. Todas las formas del amor, del sufrimiento, de la locura, buscan en sí mismas, agotan en sí mismas, todos los venenos, para guardar de ellos tan sólo sus esencias. Inefable tortura que necesita toda la fe, toda la fuerza sobrehumana, en que se transforma, entre todos, en el gran enfermo, el gran criminal, el gran maldito - ¡y el Supremo sabio!- ¡porque alcanza lo desconocido! ¡Porque ha cultivado su alma, ya rica, más que nadie! Llega a lo desconocido, y aunque enloquecido, terminará por perder la inteligencia de sus visiones - ¡pero las habrá tenido!- ; que estalle entonces en su salto hacia las cosas inauditas: ¡otros trabajadores horribles vendrán y empezarán por los horizontes donde él se ha desplomado!"