(...) estuvimos allí sólo un instante y llegamos hasta aquí. Duérmete mi niña luz, escóndete de la noche deja el más allá y zambúllete en el mar de la tranquilidad. Sal por la ventana de tu habitación vuela hasta N.Y. Contando una historia más, escondidos de las sombras... vivir y olvidar a la vez son dos rutinas (...)